Santiago Rodríguez Miranda, el menos conocido de los tres galardonados, participó en la redacción del artículo 138.1 de la Cosntitución, que reconoce la necesidad de compensar la insularidad.

La medalla de oro de las Islas Baleares es la máxima condecoració que concede anualmente el ejecutivo autonómico. De esta forma, reconoce oficialmente la trayectoria política y social de los isleños que han desarrollado un trabajo destacable a nivel nacional o europeo sin perder su vinculación con el archipiélago.