Las actuaciones se han tramitado por el régimen excepcional de emergencia previsto en la Ley de Contratos del sector Público y con un presupuesto de un millón de euros, financiados por la Dirección General del Agua del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

La Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT), organismo autónomo adscrito al departamento dirigido por Teresa Ribera, continúa con las actuaciones de restauración de los cauces que resultaron más afectados, principalmente en la zona centro y oeste de la cuenca del Tajo (río Alberche y tributarios, Guadarrama y tributarios, Ramabujas y Degollada, entre otros).

Inicialmente, se llevó a cabo un trabajo de valoración de afecciones y daños centrado en los cauces con un mayor riesgo de disminución de su capacidad hidráulica, dado que en esta época del no es descartable que puedan repetirse precipitaciones que generen nuevos caudales importantes en el río Tajo o sus afluentes.

Así, se han identificado afecciones importantes en cauces de municipios de las provincias de Toledo (30), Madrid (14), Guadalajara (2), Cáceres (1) y Ávila (1).

ESTADO DE LOS TRABAJOS

Las actuaciones incluyen fundamentalmente la retirada de tapones en puentes y el movimiento de sedimentos en zonas colmatadas.

En Madrid, finalizados los trabajos en zona urbana y no urbana del municipio de Los Álamos, continúan en desarrollo en Villamanta y Aldea del Fresno.

En Toledo han acabado los trabajos en Yuncler y siguen en desarrollo las actuaciones en Yunclillos, Magán y Mascaraque.

Las actuaciones de conservación y mantenimiento de cauces públicos en zonas urbanas corresponden a los ayuntamientos, según el Plan Hidrológico Nacional. La CHT otorga cada año unas 400 autorizaciones a este respecto y dedica inversiones a actuaciones propias de conservación y mantenimiento de cauces (5,4 millones en 2022) en tramos de ríos fuera de zonas urbanas.

Según Transición Ecológica, los daños generados por estos episodios suelen estar muy vinculados al desarrollo de una inadecuada ordenación del territorio, que ha conducido a la eliminación de las llanuras de inundación de los ríos y al confinamiento de los cauces, con lo que apenas admiten las crecidas ordinarias y son insuficientes ante situaciones extraordinarias.