Anque el citado artículo ya consagraba la "igualdad de remuneración por razón de sexo", su alcance era limitado, según reconoce el propio Ejecutivo, ya que dejaba fuera de su aplicación las percepciones económias que no se incluyeran en el salario base y los complementos salariales.

La normativa europea "garantiza expresamente que la satisfacción por parte del empresario de cualesquiera percepciones económicas, con independencia de su naturaleza salarial o extrasalarial, responderá al principio de igualdad entre trabajadores y trabajadoras".

Por ello, el Gobierno ha decidido transponer la directiva comunitaria de forma que el principio de igualdad salarial contemplado hasta le fecha se sustituya por elde principio de igualdad retributiva.

De este modo, el artículo 28 del texto refundido del Estatuto de los Trabajadores queda así: "El empresario está obligado a pagar por la prestación de un trabajo de igual valor la misma retribución, satisfecha directa o indirectamente, y cualquiera que sea la naturaleza de la misma, salarial o extrasalarial, sin que pueda producirse discriminación alguna por razón de sexo en ninguno de los elementos o condiciones de aquélla".