Un informe de la Consejería de Medio Ambiente de la Diputación General de Aragón señala que la tecnología que se iba a utilizar en Escucha no es la apropiada, que las emisiones a la atmósfera serían altamente tóxicas y que el transporte de residuos a tratar no ofrece siquiera suficientes garantías.

El consejero de Medio Ambiente, José Manuel de Gregorio, señaló hoy en la presentación del informe que el Gobierno autónomo se opondr "a que nuestra comunidad se convierta en un vertedero de Europa, del Estado o de cualquier otro tipo".

El estudio presentado por el consejero pone de manifiesto que ni siquiera se había especificado qué tipo de aguas residuales iban a ser tratadas en Escucha, así como que el método de tratamiento que se pensaba utilizar no está lo suficientemente experimentado.

Asimismo, el informe hace hincapié en que las emisiones, tras el proceso de vapoincineración, liberarían a la atmósfera sustancias altamnte tóxicas, como dióxinas y furanos. Del mismo modo, establece que no se habían dado garantías fiables sobre el almacenamiento de los lodos resultantes en el denominado "valle de las cenizas".

La instalación de la planta incineradora de Escucha había recibido la oposición de los grupos ecologistas aragoneses, que habían denunciado presiones francesas y alemanas para la incineración en nuestro país de residuos hospitalarios de esa procedencia.