Según este plan, se trata de pasar de un gasto en I+D de 0,95% del PIB del año pasado a un 1,29% en el año 2003, es decir, triplicar los 250.000 millones que se dedicaron a investigación en 1998 hasta llegar a un gasto de 700.000 millones en el 2003.

Por su parte, las empresas, que aportan ahora un 49,1% del gasto total en I+D que realiza el Estado Español, aumentarán su aportación hasta el 65,3%. Además, se crearán cien nuevasempresas de base tecnológica a partir de centros públicos de I+D y centros tecnológicos.

Para todos esos objetivos, se van a sumar a las tradicionales subvenciones públicas nuevos instrumentos financieros: créditos reembolsables, incentivos fiscales, reafianzamiento, fondos de coinversión y ayudas capital-riesgo.