Este segundo Protocolo contempla medidas que deberán aplicarse, tanto en tiempo de paz, como en caso de conflicto armado. Hay que destacar el establecimiento de un régimen de "Protección reforzada" para bienes culturales que por su importancia así lo exijan.

Otra medida de importancia prevista en este Protocolo es la creación de un Comité para la Protección de los Bienes Culturales en caso de Conflicto Armado, que vigilará y supervisará la aplicación del Protocolo bajo la directrices establecidas en las Reuniones de las Partes.

También se prevé el establecimiento de un fondo fiduciario, que se nutrirá de contribuciones voluntarias, para la Protección de los Bienes Culturales en caso de Conflicto Armado y que, gestionado por el Comité, concederá ayuda financiera o de otra clase en apoyo de medidas preparatorias o de otro tipo que se hayan de adoptar en tiempo de paz, y en relación con las medidas para la protección de bienes culturales en períodos de conflicto armado ode reconstrucción inmediatamente posteriores al fin de las hostilidades.

Asimismo, los países firmantes procurarán servirse de todos los medios apropiados y, en particular, de programas de educación e información, para fomentar el aprecio y el respeto de los bienes culturales por parte de sus poblaciones. Igualmente, incorporarán a sus reglamentos militares orientaciones e instrucciones relativas a la protección de los bienes culturales.