Según pudo saber Servimedia en fuentes gubernamentales, el Ejecutivo considera que la tributación actual de los planes de pensiones es más beneficiosa para las rentas más altas, que son la que más capacidad tienen para destinar dinero a este ahorro, mientras que las rentas bajas no pueden permitirse este lujo.

De hecho, sólo el 6% de los que ganan menos de 21.000 euros anuales (el 85% del total) realiza aportaciones a estos planes, con una media de 90 euros, mientras que casi dos tercios (63%) de los que ganan más de 60.000 euros acceden al total de la bonificación, según los datos de Hacienda.

Por eso, se buscan modelos alternativos a los planes de pensiones, cuyo resultado no satisface al Ejecutivo socialista, y se ha pensado en los seguros de ahorro-vida y en los seguros de dependencia, una necesidad cada vez mayor entre la envejecida población española.

El Gobierno reorientará los incentivos a los planes de pensiones, que no desaparecerán pero sí se reducirán, y los destinará a estos nuevos productos, que tendrán tratamientos similares o incluso más favorables.

Actualmente, la deducción de las aportaciones a los planes de pensiones se aplica sobre 8.000 euros anuales para los menores de 52 años y cantidades superiores conforme se acercan los 65 años de la edad de jubilación, con un máximo de unos 24.000 euros.

A la hora de recuperar el plan, se puede hacer de una sola vez o en rentas periódicas. Si se hace de golpe, el 40% de los beneficios está exento de tributar y el 60% se suma a la base imponible. Si se recibe en renta periódica, el importe se suma a la base imponible del IRPF.