Con la creación de esta fundación, el Ejecutivo andaluz pretende completar la estructura necesaria para dar una respuesta "global y coordinada" a los problemas que tienen planteados los enfermos mentales que, por las características de sus dolencias o por circunstancias personales, como puede ser la ausencia de familia, tienen dificultades para incorporarse a la sociedad de un forma digna.

La fundación, que se constituye sin ánimo de lucro, no tiene carácter sanitario, si bien, según a consejera de Asuntos Sociales, Carmen Hermosín, la atención a enfermos mentales sigue siendo una responsabilidad del Servicio Andaluz de Salud (SAS), que actualmente cuenta con un total de 70 equipos de salud mental, uno por distrito, en el ámbito de la comunidad autónoma y con unas 500 camas psiquiátricas integradas en los hospitales generales, además de otros dispositivos altamente especializados.

Por otra parte, los problemas que se les plantean a estos enfermos y a sus familias requieren la coopración y colaboración de otras instituciones y la solidaridad de la propia sociedad, según Hermosín. Por ello, la fundación está abierta a la colaboración con otras instituciones u asociaciones.