La CE modificó el pasado 11 de diciembre las directivas que regulaban las condiciones sanitarias que deben reunir para su comercio los animales vivos de estas especies.

Según fuentes del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, el objetivo del real decreto es evitar que los animales vivos que lleguen de terceros países puedan introducir la peste porcina clásca en las fronteras de la CE.

Para conseguirlo, el real decreto establece una serie de condiciones de obligado cumplimiento, como la necesidad de que los animales que procedan del exterior hayan estado al menos tres meses, antes de su sacrificio, en su país de origen.

Además, el estado exportador debe asegurar y garantizar que ningún animal ha contraído dentro de sus fronteras la enfermedad durante los últimos doce meses.