La empresa considera el cierre totalmente legal en función de los acuerdos de Maastricht. Tras dos horas y media de reunión, los trabajadores subrayaron que, si no hay un cambio de actitud de la multinacional, radicalizarán sus movilizaciones y se mostraron dispuestos a tomar la fábrica.

El comité de empresa de Gillette aseguró que el conflicto ha comenzado con 242 trabajadores y se mostró convencido de que acabará con esa misma plantilla porque no piensan admitir negociaciones e carácter individual.

En el pleno del Parlamento de Andalucía, el consejero de Trabajo de la Junta, Francisco Oliva, calificó de imprudencia el llamamiento al boicot a los productos de Gillette realizado por partidos políticos como Izquierda Unida o asociaciones de consumidores.

Oliva anunció que la Junta ha ofrecido a la multinacional subvenciones económicas para que pueda realizar en su factoría los soportes de plástico de las cuchillas de afeitar, que es lo que pretende hacer en las plantas dl Reino Unido y Berlín Oeste.

Por otra parte, el presidente de la Cepyme, Manuel Otero Luna, se mostró hoy partidario de favorecer la libertad de movimiento de las empresas dentro de los distintos países. "Nos están llevando y estamos queriendo ir nosotros, y la Constitución así lo dice, a una economía de libre comercio. Y una economía de libre comercio es tener libertad absoluta para que se pueda decidir si me instalo o no me instalo, me voy o no me voy", afirmó.

Otero Luna, que es también presiente de la patronal andaluza apostó porque exista una legislación que ampare los derechos de los trabajadores, con indemnizaciones "lógicas y normales" en el momento en que se produzcan despidos, "pero aquel que arriesga, el que pone su dinero, el capital que va a algún sitio, si en un momento determinado le interesa irse con el capital a otro sitio, se va".