En la querella, que está suscrita por el propio Gil y todos los concejales de su partido, se dice que los cargos públicos del GIL han sido objeto de declaraciones por parte de los dirigentes socialistas en las que se les "injuria", "menosprecia", y "vitupera".

Según Gil, ests manifestaciones han lesionado gravemente "la dignidad personal y que como cargos públicos" tienen los representantes de su partido, y les han causado un pejuicio "tanto a nivel individual como colectivo".

La primera declaración de Almunia objeto de querella fue la realizada el 5 de julio, y en ella el secretario general socialista afirmó, en referencia a la elección del presidente de Melilla, que esperaba que a Gil no le hubiera dado tiempo de "echar mano del talonario" y que no comprara a miembros el PSOE.

Otra afirmación de Almunia denunciada fue la que pronunció el 13 de julio, cuando dijo que el GIL lo componían "personas que lo único que persiguen son corromper las instituciones y ganar dinero".

No obstante, el texto pore especial énfasis en lo dicho por el líder socialista el 10 de agosto, cuando sostuvo que el partido de Gil es una "organización mafiosa", al servicio de "intereses privados de una persona y que utiliza métodos radicalmente contrarios a los usos democráticos".

En uanto a Jáuregui, Gil se refiere a la manifestación realizada por este el 10 de agosto, en la que dice que si el GIL "ha comprado la voluntad de una concejal del PSOE en Ceuta, se trata de un caso de suma gravedad".

Todas estas manifestaciones entiende Gil que incurren en los delitos de calumnia, injuria y de "impedimento del ejercicio de los derechos fundamentales y libertades públicas garantizados por la Constitución", recogido en el artículo 510.2 del Código Penal.

Este artículo castiga a los ue "difundieran informaciones injuriosas sobre grupos o asociaciones en relación a su ideología, religión o creencias", algo que Gil estima hicieron Almunia y Jaúregui.