GIL PIDE AL FISCAL ANTIDROGA QUE CERTIFIQUE QUE NO TIENE RELACION CON EL NARCOTRAFICO

MADRID
SERVIMEDIA

El alcalde de Marbella, Jesús Gil, ha pedido al fiscal antodroga, Eduardo Urculo, que certifique de que no tiene nada que ver con el mundo del narcotráfico y que salga al paso de las acusaciones que le formula el fiscal anticorrupción, Carlos Jiménez Villarejo.

En un escrito presentado ayer en la Fiscalía Antidroga, Gil señala a Urculo que "debefacilitarme un certificado claro, nítido y concreto, en el que se diga sin dejar ninguna duda que Jesús Gil y Gil no ha tenido ninguna actividad con el mundo de las drogas, ya que en lo referente a las mafias sería el Gobierno el que tendría que decirlo".

Gil quiere que se aclare la "ignominia y la sarta de barbaridades y mentiras" contenidas en la denuncia que Jiménez Villarejo ha presentado ante el Consejo General del Poder Judicial para "justificar lo injustificable". A su juicio, el proceder de Vilarejo demuestra que "el fin justifica los medios y los métodos más abyectos pueden ser utilizados por quien dice representar a una institución que así resulta pisoteada".

El alcalde marbellí comprende que a Urculo le sea difícil "salir a la opinión pública a decir la verdad" frente a su compañero de carrera Jiménez Villarejo. "Pero cuando a mí se me ha hecho un juicio paralelo, basado en una denuncia falsa, bien orquestada por todos los medios de información que están al servicio de quien ha querido sesinarme políticamente, incluso llegando a los más absurdos pactos políticos anti-Gil", prosigue el escrito, "creo que es un derecho que me asiste".

En su petición al fiscal antidroga, Jesús Gil recuerda que tiene familia, que es el alcalde más votado y que "no se puede admitir que jueguen vilmente con mi nombre" en los medios de comunicación. "Hay que pensar que todos tenemos amigos y familias y debemos reflexionar si de cada uno de nosotros dijeran lo mismo, cuál sería nuestra reacción".

El alalde marbellí concluye diciendo a Urculo que "no debe consentir" la "persecución increíble" que se ha montado contra él y que tiene documentación sufienciente para saber que no tiene nada que ver con el narcotráfico.

A los narcotraficantes, dice Gil, los tendría que erradicar el Gobierno "y no lo hace, y además en mi caso concreto, me considero enemigo declarado de ellos, y además el Ayuntamiento de Marbella que presido, está atendiendo un centro anti-droga importantísimo, donde 400 chicos tratan de rcuperarse de esta lacra que está matando a nuestra juventud".

Jesús Gil acompaña estas consideraciones finales de su escrito con varios folios previos de pormenorizada réplica a los hechos que Jiménez Villarejo relata en su denuncia ante el Poder Judicial.

Asegura que no conoce al hermano de la jueza decana de Marbella, Pilar Ramírez; que "jamás" ha tenido nada que ver con el Servicio Central de Estupefacientes que le vigiló; y que su relación con el italiano Felice Cultrera, con el presunto trafcante de armas sirio Monzer Al-kassar y Adnan Kashoggi, no es de "amistad comercial", como relata la denuncia del fiscal anticorrupción. Simplemente les "saludó" por su cargo de alcalde en el entierro de Jaime de Mora y Aragón.

Respecto a Albert Chamad, y a un residente en el paraíso fiscal de Islas Caiman apellidado Miller, que, sostiene en la denuncia el fiscal anticorrupción, también mantenían relaciones comerciales con el alcalde marbellí, éste asegura que "es la primera vez que oigo su nombre". En cuanto al fondo de esa relación, la supuesta adquisicón por parte de Gil de un paquete accionarial del grupo Saudibank, el presidente del Atlético de Madrid le dice a Urculo que ignora la existencia de esa entidad, "o sea, otra falsedad más del señor Villarejo".

Por último, Gil se refiere al planeado viaje a Catania (Sicilia) que Villarejo dice que iba a realizar con el jefe de la Casa Real de Arabia Saudí, el jeque Hassan Enani, para que éste comprara Puerto Banús. Finalmente el viaje fue a Rom.

"No conozco Catania y en cuanto al jeque Hassan Enani, que tiene un palacio en Marbella, no creo que necesitase viajar a Roma para comprar el Puerto Banús, cuando estaba en venta y sus dueños se lo habían ofrecido a varios posibles compradores", concluye. Asimismo, Gil niega relaciones con el clan de los Santapaola, a los que asegura no conocer.

(SERVIMEDIA)
06 Jul 1999
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