Jesús Gil y Gil, alcalde de Marbella, prometió durante la pasada campaña electoral que entre sus primeras actuaciones estaría el derribo de la vivienda de Parra, que hasta ayer estaba habitada por la ex mujer de éste.

Parra llegó a afirmar que el ayuntamiento podría demoler el inmueble siempre y cuando él recibiera una compensación económica por ello.

A primera hora de la noche de ayer, aún con Parra, su ex mujer y un grupo de amigos en el interior de la vivienda, operarios delayuntamiento iniciaron el derribo de la parte trasera del edificio.

Cuando las máquinas llegaron a las inmediaciones de las habitaciones, donde permanecía el grupo de personas allegadas al ex alcalde, tuvieron que ser interrumpidos los trabajos de demolición.

El primer teniente de alcalde, Pedro Román, entró en la casa con el fin de negociar la salida al exterior del grupo de personas que se oponían a la demolición. Dos horas más tarde continuó el derribo, entre la algarabía de unos mil marbellíe que contemplaban la escena desde la calle.

La demolición del inmueble ya había sido aprobado por la anterior corporación municipal, por vulnerar el Plan General de Ordenación Urbana de la ciudad, pero diversos recursos presentados por la familia del ex alcalde habían retrasado el derribo.

El emplazamiento de la casa obstaculizaba el normal trazado de la calle principal de la localidad, la avenida Ricardo Soriano, por lo que los peatones debían caminar sobre la calzada para eludirla, lo que ocasinó diversos atropellos, algunos con consecuencias mortales.