Matutes explicó que el Gobierno español sólo negociará con el británico sobre este conflicto. Discutir con las autoridades de la roca sería tanto como reconocer su soberanía sobre la colonia, dijo el ministro.

Lo que el ministro principal de Gibraltar, Peter Caruana, negocie con los pescadores epañoles "no cuenta con el refrendo del Gobierno español, pero si sirve para que puedan volver a faenar, bienvenido sea el acuerdo. Después podrán colgarlo del palo mayor, llevarlo entre sus documentos o ponerl en un marco colgado en su cuarto de baño", dijo Matutes en referencia al eventual acuerdo.

"El Gobierno español no debe negociar, ni lo hará jamás con el señor Caruana, ni reconocerá licencia alguna" concendida por las autoridades locales de Gibraltar.

Abel Matutes apuntó que la voluntad negociadora demostrada por las autoridades de la Roca en estos últimos días se debe a las presiones del Ejecutivo español que ha extremado los controles en la verja y ha instado a la Comisión Europea a que exijaa Gibraltar la aplicación de decenas de directivas comunitarias que aún no ha traspuesto a su legislación.

Todo ello con el fin de que España pueda "sacudirse" los "efectos perniciosos" que tiene la economía de la colonia británica sobre la economía del Campo de Gibraltar basada, según dijo, en el contrabando y las actuaciones ilícitas.

El Gobierno español continúa exigiendo al británico el cumplimiento del acuerdo verbal de pesca entre ambos aunque no se niega a negociar uno nuevo que mejore el nterior.

Matutes insistió en que todas las medidas de presión que adopte el Ejecutivo español se atendrán a la legalidad más estricta y, por tanto, el cierre de la verja se descarta puesto que es ilegal.