Caruana insistió, en declaraciones a la Cadena Ser, que "nos gustaría torpedear ese acuerdo. Otra cosa es que lo vayamos a conseguir cn este referendum. Lo que pretendemos es que se oiga la voz de los gibraltareños democráticamente expresada, y que cada cual preste a esa expresión de la voluntad del pueblo de Gribraltar la importancia que su conciencia le obliga".

Aseguró que con esta iniciativa, el Gobierno gibraltareño conecta con los deseos de mayoritarios del pueblo británico y gibraltareño, y únicamente se distancia de los ejcutivos español y británico.

"Muchos ciudadanos españoles", continuó, "piensan que estamos en el silo XXI, que somos todos países democráticos y por lo tanto este tema se tiene que conducir por vía democrática, o sea, con respeto a la voluntad del pueblo afectado", pese a que la mayoría de los españoles opinen que Gibraltar "debe ser español".

El ministro principal de Gibraltar confía en que el Ejecutivo británico no impida la celebración del referendum, porque eso supondría admitir en público que "temen la expresión de la voluntad de pueblo porque saben que lo que se proponen es antidemocrático". Caruana rechazó el argumento de que la soberanía compartida del Peñón supondría el fin del "chollo" gracias al que viven los gibraltareños. A su juicio, ese argumento es "el último recurso de los políticos en bancarrota de ideas".

"El centro financiero de Gibraltar cumple a rajatabla con todas las normativas europeas porque, además, aunque no quisieramos cumplirlas nosotros por propia voluntad, nos lo exige el Reino Unido, que es el Estado responsable", aseguró.

Denunció, en este sentido, unacampaña de "criminalización colectiva" de toda la sociedad gibraltareña que sirve de recurso a los políticoscon "poco criterio democrático que piensan que cargandose la reputación de todo un pueblo" puede conseguir el objetivo de la soberanía.