En una comunicado, Gil pide a Aznar que le reciba junto con el alcalde de La Línea, el alcalde-presidente de Ceuta y el presidente del GIL en Melilla, "con el fin de aclarar conceptos y encontrar la colaboración, e entendimiento y la demostración de que nadie por esta parte (por el GIL) es subversivo, antiespañol o que busque otros intereses que no sean los de la necesaria transformación de las ciudades abandonadas a su suerte y en estado lamentable".

El presidente del GIL asegura que con esta posible reunión, el presidente del Gobierno "podrá comprobar, de una vez por todas, en qué consiste el sistema y la filosofía del GIL, que nada tiene que ver con lo que le han contado y que da origen a órdenes brutales y egativas cuando lo que se impone es construir, convivir, ajustarnos a la realidad y no destruir sin razón, y sólo por detentar la fuerza del poder para utilizarla injustamente".

Jesús Gil afirma que el presidente del Gobierno tiene que convencerse de que el GIL no es un partido que "utilice sistemas ilegales, por mucho que se esfuercen en inventar, y que sólo sabe gestionar lo mejor posible las ciudades donde gobierna, por mucho 'pacto anti-GIL' que se haga, que entendemos que no es democrático, sabiedo todos que lo que los ciudadanos quieren es seguridad, limpieza, bienestar, puestos de trabajo, viviendas, desarrollar sus negocios lícitamente, dentro de la mejor calidad de vida deseable, y pensamos que todas estas actuaciones no constituyen delito alguno".

En cuanto a las posibles negociaciones que el GIL de Ceuta pueda realizar con el Gobierno de Marruecos, Jesús Gil señala que "respeta y respetará las competencias que tiene el Gobierno español, de la misma forma que esperamos que éste respete ls que concede el actual Estatuto de la Ciudad, que esperamos sea modificado lo antes posible para gozar de las mismas competencias que otras comunidades autónomas".