A la concentación de Gesto por la Paz asistieron, entre otros, el parlamentario de IU Juantxo Domínguez, así como diversos dirigentes de la organización pacifista Denon Artean-Paz y Reconciliación, como Cristina Cuesta e Iñaki García.

El acto fue presidido por unas pancartas con el lema "Si la democracia mata, la democracia muere", instando a la sociedad a "no convertirse en cómplice de los crímenes perpetrados po los GAL". Asimismo, realizaron un llamamiento al total esclarecimiento de los hechos y a no hacer una diferenciación entre las víctimas de los GAL y las de ETA.

Desde el mediodía de hoy, grupos de jóvenes vestidos con capas negras y máscaras colocaron mesas donde se recogían firmas en solidaridad con las víctimas de los GAL y repartían octavillas. Según los integrantes del grupo, las capas negras representaban la muerte, y las máscaras, la ignorancia de la identidad y el desconocimiento que existe derás de la trama de los GAL.

Gesto por la Paz repartió tarjetas dirigidas al presidente del Gobierno, Felipe González, en las que se solicita justicia para las 28 víctimas de los GAL y le instan a que "facilite la actuación de la justicia en el esclarecimiento del desgraciado episodio que protagonizó el GAL".

Por su parte, la plataforma ciudadana "Basta Ya" realizó una manifestación por la calle 31 de Agosto de la Parte Vieja donostiarra, en la que se han producido tres de los últimos asesinatos d ETA, entre ellos el del líder del PP guipuzcoano Gregorio Ordóñez. La concentración tenía como fin pedir a ETA el cese de la violencia.

En la misma, junto con otras doscientas personas, se encontraban el alcalde de San Sebastián, Odón Elorza; el presidente del PP de Guipúzcoa, José Eugenio Azpiroz; diversos miembros del PP y Consuelo Ordóñez, hermana del político del PP asesinado por ETA.

Durante el trayecto, los congregados portaron cuartillas de papel con la inscripción "Basta Ya", en euskeracastellano, y dejaron ramos de flores en los lugares donde fueron asesinados los empresarios José Antonio Santamaría y José Manuel Olarte y el político Gregorio Ordóñez.

El acto concluyó con una larga ovación en la puerta de la Basílica de Santa María de la Parte Vieja, tras guardar cinco minutos de silencio.