El almirante Torrente, que compareció ante la comisión parlamentaria sobre Gescartera en el Congreso, explicó que la Armada invirtió en la sociedad de valores puntas de tesorería procedentes de las cuotas mensuales de los trabajadores entre julio de 1999 y diciembre de 2000, lo que le produjo unos benficios de 54 millones de pesetas.

En ese periodo, la Armada tuvo 300 millones de pesetas en Gescartera, principalmente en bonos del ICO y pagarés de Endesa, con vencimientos a entre uno y tres meses. En la última etapa también se destinó parte de este dinero a "depósitos estructurados".

Los propios responsables de la inversión, los directivos de la Seguridad Social de la Armada, tres de los cuales han sido expedientados por el Ministerio de Defensa, decidieron retirarla a finales de 2000 al comprbar retrasos reiterados en los reembolsos de cantidades solicitadas, así como no efectuar nuevas inversiones. Finalmente, lograron recuperar todo el dinero, más los intereses de demora en mayo de 2001.

La investigación interna ordenada por el ministro Federico Trillo y citada hoy por Torrente detectó en agosto de este año "irregularidades contables" en dichas inversiones y una "discrecionalidad excesiva" de los fondos por parte de Gescartera.

También detectó conductas irregulares entre su persona, como la ocultación de información al Consejo Directivo de la Seguridad Social de la Armada, todo lo cual concluyó en la apertura de los citados expedientes y la remisión de los hechos al fiscal general del Estado, a través del ministro Trillo, por si fueran constitutivos de presuntos delitos.

Estas pesquisas internas también revelan, según el almirante, que "no hubo presiones" externas para invertir en Gescartera y que tampoco hubo "indicios de información privilegiada" a la hora de retirar la inverión.

Torrente aseguró que el contacto inicial de la relación se entabló entre un comercial de la sociedad AGP -entidad que realizaba labores comerciales para Gescartera- y los responsables económicos de la Seguridad Social de la Armada y que en la decisión para invertir en la entidad sólo primó la alta rentabilidad de los productos que ofrecían, y no recomendaciones externas.