Según informa hoy el diario "Levante", la importación de estos insectos astralianos para que devoren al minador es una de las medidas que está preparando la Administración para combatir la amenaza latente que supone su presencia en las explotaciones valencianas, una amenaza que puede convertirse en un peligro real y devastador en el inicio de la próxima campaña citrícola.

Fuentes de la consejería, así como el director de Producción y Desarrollo de la firma Anecoop, José María Torres, confirmaron las gestiones y estudios que está desarrollando el Servicio de Vigilancia Vegeal de la Generalitat a fin de dotarse de los elementos que permitan dar batalla al minador antes de que comience la siguiente campaña y poder evitar así un desastre, ya que los efectos de este voraz insecto son devastadores.

Torres señaló que "es necesario tranquilizar a los agricultores, porque es cierto que el minador está ya en nuestros campos, pero aún no ha provocado pérdidas. No debemos ser alarmistas, porque el riesgo de que cause un desastre está en la próxima campaña".

Sin embargo, agreg que el problema es "muy serio y si no se ataja a tiempo, se extenderá como una mancha de aceite. Por ello hay que actuar y conseguir que el minador sólo sea un mal sueño".

Precisamente, estos días los responsables de Sanidad Vegetal de la Comunidad Valenciana, Murcia, Baleares, Cataluña y Andalucía, primera autonomía española en la que apareció el minador, están debatiendo las soluciones para atajar la proliferación de este insecto.

Las fórmulas de lucha biológica, como la prevista utilización d los insectos beneficiosos procedentes de Australia, se perfila inicialmente como una de las más eficaces para contrarrestar la presencia del minador, sobre todo si se tiene en cuenta que los pesticidas disponibles en el mercado para luchar contra la plaga son escasos, uno barato, de poco persistencia, y otro con una persistencia de un mes, pero cuyo precio asciende a 30.000 pesetas el litro.