Bassols dijo que las llamadas "prisiones olímpicas" estarán repartidas en tres centros penitenciarios: el castillo de Sant Ferran, en Figueres (Gerona), y las cárceles de Quatre Camins y Can Brians, en Barcelona.

Según el responsable de Justicia de la Generalitat, en el castillo e Sant Ferran está previsto crear un máximo de 150 plazas, que serán ocupadas entre el 30 de junio y el 30 de noviembre de este año, según un acuerdo firmado entre el departamento de Justicia y el Ministerio de Defensa.

Las nuevas dependencias de este centro, donde estuvo encarcelado Antonio Tejero, por la tentativa golpista del 23-F, serán cedidas durante seis meses por Defensa.

Por otro lado, en la cárcel de Quatre Camins se construirá un módulo prefabricado que constará de 400 plazas, mientrasque en la prisión de mujeres de Can Brians se crearán 200 plazas más.

Agustí Bassols añadió que las nuevas 750 plazas no irán destinadas directamente a los nuevos reclusos, que según las previsiones podrían incrementarse en unos 300, un 15 por ciento más de los actuales, entre los meses de julio y septiembre.

Según el consejero de Justicia, las plazas serán para los internos que están cumpliendo condena en régimen de segundo o tercer grado -no peligrosos- en las cárceles catalanas.

Los vecins de Figueres, población que verá incrementada la población reclusa en 150 personas, ven con recelo la habilitación del castillo de Sant Ferran con esta finalidad. Según una encuesta publicada hoy en "Diari de Girona", el cien por cien de los entrevistados no está de acuerdo con la idea.

Los habitantes de Figueres temen que una vez acabado el plazo fijado entre Generalitat y el Ministerio de Defensa para que el castillo albergue 150 nuevas plazas de presos, éstos sigan en el lugar por un tiempo indefiido. Según diversos colectivos ciudadanos, existe un rechazo generalizado entre la población "por tener que asumir la parte más negativa de las Olimpiadas sin obtener ninguna contrapartida".

Por otra parte, el sindicato de prisiones de UGT de Cataluña ya se manifestó contrario al uso del castillo como "prisión olímpica", por considerar que el lugar no reúne las condiciones adecuadas. Según fuentes del sindicato, Sant Ferran se encuentra en un estado muy deteriorado.