El prelado declaró a Servimedia que una cosa es someter a un enfermo a una "terapia dura" y sustituirle un órgano vital hasta límites de "tormento", y otra cosa es renunciar a darle alimentación a travé de una sonda.

A su juicio, a Schiavo no se le ha aplicado terapia, "sino que ha sido realmente matarla negándole el alimento". En este sentido, recordó que hay enfermos terminales a los que se alimenta.

"Estando la familia dispuesta a alimentarla, creo que debían haberle mantenido la sonda. A una persona no se le puede matar de hambre", concluyó Gea-Escolano.