Las mismas fuentes indicaron que en la última inspección, llevada a cabo por la Dirección General de Industria en 1997, se detectó que sólo un 0,19 por cien de los surtidores de gasolina de Catalua sobrepasa el 0,5% de diferencia entre el combustible que sirven y el que marcan.

Añadieron que, de los 3.025 surtidores inspeccionados por el departamento de Industria, ninguno superó el límite del 1 por cien de diferencia entre la gasolina pagada por el consumidor y la que realmente le suministran.

A pesar del fraude detectado por la Organización de Consumidores de Usuarios y por la Comunidad de Madrid en las gasolineras de la región, la Consejería de Industria de la Generalitat no tiene previto poner en marcha ningún dispositivo especial para verificar que las estaciones de servicio catalanas no engañan a sus usuarios.