Este incremento supone unos ingresos adicionales para las arcas públicas de casi 12.000 millones de pesetas anuales que, a juicio de Coag, eberían repercutir en la rebaja directa del precio de los combustibles a través de una bajada de impuestos.

Los agricultores españoles consumen alrededor de 3.700 millones de litros cada año. En enero de 1999, el precio del gasóleo era de 48 pesetas por litro, que incluían 6,62 pesetas de IVA, mientras que en agosto pasado el precio del litro se elevó hasta las casi 72 pesetas, de las que casi 10 (9,81) son de IVA.

Para Coag, el Gobierno, no sólo no está haciendo nada por paliar los efectos de lasubida del combustible sobre los agricultores, sino que "estan sacando provecho fiscal a esta crisis de precios".

Además, los agricultores denuncian que el IVA se aplica sobre la suma del precio base del gasóleo y del Impuesto Especial sobre Hidrocarburos (IEH), lo que supone un doble fiscalidad en el carburante destinado a las labores agrarias.