Jorge Hinojosa, secretario general de la UCE, afirmó a Servimedia que "las compañías no pueden tener el descaro de presentar sus beneficios y decir que no tienen margen para bajar el precio".

Las tres operadoras con refinerías en España, Repsol-YPF, Cepsa y BP, han multiplicado sus beneficios en el primer semestre del año, coincidiendo con las continuas subidas del precio del crudo. Repsol-YPF cuadruplicó sus beneficios (190.345 millones de pesetas), Cepsa los aumentó un 65 por ciento 29.072 millones) y BP un 175% (1,5 billones de pesetas).

Las grandes compañías tienen divisiones de exploración de petróleo, refinerías, dominan la distribución al por mayor en España y poseen sus propias redes de estaciones de servicio, indicó Hinojosa.

Por ello, según la UCE, una empresa como Repsol-YPF extrae su propio crudo, se lo vende a sus refinerías, gana en la distribución mayorista por ser accionista mayoritario de la Compañía Logística de Hidrocarburos (CLH), que gestiona la red de oleductos, y da una comisión de 7 pesetas por litro (6 en el caso del gasóleo) a sus propias gasolineras.

MEDIDAS DEL GOBIERNO

Aunque el Gobierno ha iniciado el proceso de diversificación del capital de CLH y aplicará las nuevas normas europeas que regulan los contratos entre petroleras y estaciones de servicio, que no podrán durar más de cinco años, Hinojosa creen que estas medidas no garantizan una auténtica competencia en el sector.

La UCE criticó que el Gobierno diga que el Impuesto de Hidrocaburos no va a subir el año que viene, "cuando lo que se está planteando es bajada del precio real ahora".

El secretario general de la UCE señaló que el Ejecutivo puede, si tiene voluntad política, bajar inmediatamente el Impuesto de Hidrocarburos 4 pesetas por litro y arbitrar medidas económicas que abran el mercado español de hidrocarburos a la competencia.

Además, la UCE está en contra de que el Gobierno otorgue compensaciones sólo a los sectores profesionales afectados por la carestía de los crburantes (transportistas, taxistas, agricultores, pescadores).

"No solamente importa que a los transportistas, los agricultores les palíen los efectos de la subida, sino que al final quien está pagando de verdad es el consumidor, o bien directamente en el litro de gasolina o por el producto que compran, que se le repercute el precio de la gasolina más alto", apuntó Hinojosa.

DUDAS

En este sentido, se preguntó si los transportistas bajarían sus tarifas si se redujera el precio del gasóleo o aprvecharían para aumentar el margen de beneficios.

Por su parte, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) mostró su escepticismo ante el aumento de producción aprobado por la OPEP y su repercusión en los precios.

Según el portavoz de OCU, Ileana Izverniceanu, ante el aumento de beneficios de las petroleras, además de investigar otras energías alternativas, el Gobierno debería "intentar hacer una presión real para que aumente la producción y baje el precio del barril".

Respecto a la conelación del Impuesto de Hidrocarburos en el 2001, lo que representaría una rebaja de 1,34 pesetas por litro, Izverniceanu la calificó de "paso cara a la galería, porque en el momento que estamos atravesando lo que nos importa es una rebaja temporal".

La OCU también pide que las ayudas y rebajas fiscales que el Gobierno pueda conceder a los transportistas y profesionales se extiendan a todos los consumidores.