Consumo sostenible

Garzón ve “evidente” que el que los “ricos” no viajen en avión privado “tiene más efecto” que los hábitos de una familia

-Aún así, urge a “seducir” a la ciudadanía sobre la importancia de adoptar decisiones de consumo más sostenibles

MADRID
SERVIMEDIA

El ministro de Consumo, Alberto Garzón, juzgó este jueves “evidente” que las decisiones individuales de una familia trabajadora con pocos recursos “no van a tener el efecto de mejora de los indicadores medioambientales y sociales” que puede tener el que los “grandes ricos dejen de ir en aviones privados para hacer vuelos de cualquier tipo de longitud”.

Así lo defendió durante su participación en el encuentro ‘Pensar, comprar, actuar’, enmarcado en el ciclo ‘Diálogos por un Consumo Sostenible’ y en el que debatió con la periodista e investigadora Brenda Chávez sobre cómo generar un impacto positivo en la sociedad y en el planeta a través del consumo.

“No va a ser lo mismo que las administraciones públicas, que gestionamos grandísimas cantidades de dinero, lo dediquemos a unas cosas que a otras”, apostilló, para abogar por “seducir y convencer” a la población hacia hábitos saludables, consciente de que “gran parte de las soluciones encima de la mesa para resolver esta crisis ecosocial son cosas que mejoran la vida de la gente”.

Garzón también apostó por “hacer visible la trazabilidad” de un producto, convencido de que la etiqueta “podría ayudarnos”, si bien el país va “profundamente retrasado” en este ámbito, dado que la información que proporciona actualmente el etiquetado “es escasa y muchas veces de poca calidad”.

“Si a eso se le suma los hábitos de consumo, tenemos poca capacidad de darnos cuenta de lo que hay detrás de cada producto o servicio”, agregó, para urgir a “alinear” los incentivos económicos con el fin de que sean “compatibles con el sentido común en términos de la sostenibilidad ambiental”.

En este sentido, llamó a “trabajar para hacer visible la trazabilidad”, teniendo en cuenta que “detrás de cada producto hay un coste para su obtención del que no somos conscientes en su totalidad”, convencido de que el modo de consumo “del norte” está “basado, sobre todo, en la explotación y externalización sobre el sur global” y de la necesidad de “entender” que también “debe haber un suelo social de garantía de unas necesidades básicas para toda la sociedad”.

Por ello, insistió en la urgencia de “modificar y adecuar” los modelos de producción y consumo y de “transformar el conjunto del modelo”, algo que juzgó “una tarea hercúlea”. “La conciencia ya está despierta, pero carecemos de información que nos permita tomar acciones hacia un consumo más sostenible y consciente para disminuir su huella ecológica”, abundó, para añadir que, con datos e información “también podemos tomar mejores decisiones sin obligar a nadie a nada”.

“Necesitamos partir de información concreta y de investigaciones" con el fin de aprovechar "el poder transformador de las decisiones de consumo”, aseveró, para llamar a “evitar la ecoansiedad y posturas que nos bloqueen”, y subrayar que la “capacidad de intervención a nivel individual y colectivo” es posible, “empezando por poder hacer la cesta de la compra de otra manera”.

En la misma línea, Brenda Chávez admitió que, si los consumidores conocieran “qué hay detrás” del proceso de producción de algunos bienes y servicios de consumo “quedarían espantados y escandalizados” por los impactos ambientales y sociales que, a su entender, “se tienden a ocultar”.

Tras llamar a “generar alternativas de consumo mucho más sostenible y con mucha menos huella”, la experta afirmó que, “cuando nos ponemos estas gafas de qué hay detrás de nuestro consumo es muy difícil dejar de verlo” y abogó por “generar alianzas e intentar hacer transiciones sensatas hacia modelos más respetuosos”.

(SERVIMEDIA)
20 Oct 2022
MJR/gja