Consumo sostenible
Garzón urge a “apuntar más alto” hacia la transición agroecológica y aboga por alcanzar un “acuerdo” con los productores
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El ministro de Consumo, Alberto Garzón, urgió este jueves a “apuntar más alto” hacia la transición agroecológica que, a su juicio, “beneficia” también a los productores, pese a la “reticencia” de parte del sector. En este sentido, tendió la mano a alcanzar un “acuerdo” en este sentido, además de reconocer la necesidad de que se lleve a cabo con apoyo público, convencido de que el mercado “por sí mismo no va a llegar a esa conclusión”.
Así lo defendió durante un conversatorio con la investigadora del CSIC y profesora de la Universitat Politècnica de València, Marta G. Rivera, enmarcado en el primer encuentro del ciclo Diálogos por un Consumo Sostenible y en el que analizaron los desafíos ecosociales de la alimentación.
A este respecto, Garzón recordó al sector que “no nos queda más remedio que transitar este camino y, probablemente, estos son criterios distintos a los que han venido operando hasta ahora, que era el criterio de la rentabilidad y necesitamos otro tipo de criterio”, sentenció.
“No parece suficiente que los españoles cambiemos nuestra dieta si nuestra industria está dedicada a la exportación y los impactos ecológicos se van a producir con otros patrones de consumo pero que están más allá”, apostilló, convencido de que, para luchar contra la “crisis ecosocial” actual urge “afectar” a estas dos dimensiones.
En este sentido, defendió que, cuando su departamento implementa estrategias para “intentar modificar” los patrones de consumo lo que hace “en términos económicos es incentivar cambios en la composición de la demanda”. “Y eso afecta a los que están trabajando en el ámbito de la producción, que, legítimamente, se quejan y dicen que un gobierno le está diciendo a la ciudadanía que no sea consumidor de sus productos”, abundó.
En este punto, recordó las “vulnerabilidades” del sistema de producción español, que afecta al precio de los alimentos y que, a su juicio, “puede llevar a crisis sociales de enorme envergadura” y se preguntó si “no es quizás este un momento ideal, entre comillas, por hacer de la necesidad virtud, porque en algún momento hay que reaccionar”.
“Y desde la demanda se pueden hacer cambios, pero la producción, quizás en este momento vean alineados sus intereses para adaptarse a los tiempos que vienen, para ser más resilientes pero también para que la sociedad en su conjunto empiece a hablar de conceptos como es la agroecología”, añadió, en referencia a modelos “alternativos” y, a su entender, “mucho mejor adaptados a un paradigma donde el ser humano es parte de un ecosistema y no una especie de explotador sin fin de recursos naturales como compartimentos estancos”.
A este respecto, defendió que “hay elementos positivos que nos ayudan a pensar que, como pasaba con la dieta mediterránea, estamos en buenas condiciones”. “Hay un discurso hegemónico que nos habla de comercio de cercanía y de consumo de temporada”, subrayó.
El titular de Consumo emplazó a “iniciar una reflexión mucho más profunda y más complicada” sobre como pasar de un modelo agroindustrial de sistemas alimentarios globales “profundamente vulnerables a las disrupciones que vienen y que se están produciendo ya”, a otro “que puede que no sea tan productivo o sí” y ver “qué condiciones se tienen que dar para que la producción en esas nuevas condiciones no solo sea más sostenible ecológicamente sino que permita una alimentación para satisfacer ese suelo social que también tenemos que garantizar”.
“Decimos que hay que cambiar la demanda, nuestros patrones de consumo, pero esa demanda implica unos cambios en la producción para que entremos dentro de esos criterios inevitables de vivir dentro de los límites del planeta”, añadió, consciente de que “las transiciones pueden ser dolorosas y hay que evitar que esos costes puedan generar disrupciones muy importantes a nivel social”.
Por su parte, Marta G. Rivera, advirtió de que la transición agroecológica “no solo es necesaria, sino que en España es absolutamente posible” si se hace en “diálogo constante con la persona productora, que está en el centro y con la que se va construyendo ese sistema de producción de alimentos”.
Para la experta, “al igual que en el ámbito del consumo no podemos dejar todo el peso en los consumidores y hacen falta cambios políticos, no podemos dejar todo el peso en los productores, que ya bastante tienen”, convencida de que la política pública “tiene que estar para favorecer esa transición agroecológica”.
“Lo que nos muestran los datos es que cambios solo en la producción no son suficientes y cambios solo en el consumo no son suficientes”, insistió, para afirmar que resulta “absolutamente necesario hacer cambios en la producción y en el consumo de alimentos que estén alineados” para alcanzar los Acuerdos de París mediante una transición “acordada, planificada con amplios sectores de la sociedad y con los datos científicos y con un proceso de deliberación reflexiva”.
(SERVIMEDIA)
06 Oct 2022
MJR/gja