Así lo aseguró en una entrevista en ‘Las mañanas de RNE’ recogida por Servimedia en la que defendió que se trata de un “componente que va a ser importantísimo para los próximos meses” y que al Gobierno le “preocupa mucho, especialmente al Ministerio de Consumo”.

“Estamos hablando de suministros básicos que forman parte de la alimentación, como puede ser el trigo o como pueden ser incluso algunos minerales que ya están escaseando” por la guerra de Ucrania, pero también, subrayó, “por los efectos del cambio climático” en países como la India o Bangladés, que, a su entender, “lo que están haciendo es que haya una escasez de esos productos”.

El titular de Consumo precisó que, en el caso del trigo, “es un efecto directo, porque, al final tenemos toda una serie de productos derivados del trigo” y, en paralelo, hay “una serie de minerales que se utilizan para los fertilizantes, los cuales a su vez se utilizan en la producción agraria”.

“Se nos están reproduciendo una serie de problemas porque vivimos en una economía interrelacionada no solo globalmente, sino también entre sectores y empieza a tensionarse mucho ese problema”, abundó.

A este respecto, afirmó que “necesitamos estar muy preparados” para “afrontar diferentes escenarios”, teniendo en cuenta que, por ejemplo, el trigo, se almacena “durante unos cuantos meses”. “Cuando el problema ha comenzado, tienes una serie de márgenes, un colchón, pero, cuando ya pasan esos meses, empieza a verse cómo, además, se multiplican los problemas”, agregó, para incluir entre ellos la “especulación” financiera y “otra serie de fenómenos un poco más complejos”.

Con la inflación en un 8,7% en mayo, a ello se une, dijo, que “tenemos un problema que se puede convertir en un problema mucho más grave”, como es la “espiral inflacionista” y que, según su criterio, “obedece, sobre todo desde hace unos meses”, al “efecto de los bienes energéticos”.

“Cuando miras la inflación subyacente, los datos no son tan elevados, pero también están al alza”, apostilló, para remarcar que eso “quiere decir” que las empresas “están repercutiendo” los costes que tienen en el proceso de producción, sobre todo costes energéticos, “en los productos finales que pueden ser de alimentación”.