Scilingo viajó a España para declarar en el sumario abierto por Baltasar Garzón para juzgar los crímenes de guerra coetidos en Argentina, en los que desaparecieron al menos 600 españoles.

Tras cuatro días de declaraciones, en las que Scilingo relató al juez los horrores y las torturas que se cometían en la Escuela Superior de la Armada (ESMA), de Buenos Aires, en la que estaba destinado Scilingo, el juez decretó la prisión incondicional para este militar y dictó una orden de búsqueda y captura para el comandante Viola y otros diez responsables del aparato represor argentino.

DIFERENCIAS FISCALIA-JUECES

Los do sumarios abiertos en la Audiencia Nacional por los jueces Baltasar Garzón y Manuel García Castellón en referencia a los crímenes de guerra cometidos durante las dictaduras argentinas y chilena, respectivamente, han suscitado una gran polémica, con diferencias de criterio entre los jueces y los fiscales de la Audiencia Nacional.

La fiscalía de la Audiencia, encabezada por Eduardo Fungairiño, ha informado ya en varias ocasiones que la justicia española no tiene potestad para juzgar este tipo de delitos ya que no se trata de delitos protagonizados por españoles fuera de nuestras fronteras.

A pesar de la negativa de la Fiscalía, ambos jueces han continuado con sus investigaciones. De hecho, la fiscalía de Estados Unidos anunció la pasada semana su apoyo a las actuaciones del juez Garzón, mientras que desde el Parlamento Europeo se ha instado a García Castellón para que continúe con su trabajo en el sumario por los desaparecidos en Chile en la época de Pinochet.

En este punto, si se impone el crierio de la fiscalía, Scilingo debería quedar en libertad puesto que la justicia española no puede ordenar su detención. De lo contrario, Garzón mantendrá su actual situación de prisión incondicional.

El asunto ha llegado a las altas esferas de la jurisdicción española y la Junta de Fiscales de Sala tratará en su próxima reunión la cuestión de estos sumarios.