Lo hizo al final de su intervención ante la Coordinadora Federal de IU, que se reunió hoy de forma telemática, mientras Sumar precisamente celebra en Barcelona otro acto del llamado “proceso de escucha” de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, con gran apoyo político y organizativo del otro gran partido de Unidas Podemos, Catalunya en Comú, y Podemos un evento en Madrid, con su secretaria general, Ione Belarra, para defender una renta garantizada para todos los ciudadanos.

“Los partidos políticos tenemos que ser capaces de comprender el momento político”, recomendó, “hacer un apuesta clara, generosa, desinteresada por un instrumento como es Sumar”. “No es el tiempo del protagonismo de determinados partidos, sino de la generosidad, de la cooperación, para que Sumar pueda agruparnos a todos y a todas”, conminó, recalcando que en su informe político que estudiará la Coordinadora él hace un “apoyo explícito a ese instrumento”.

Como procedimientos concretos, defendió ´que los candidatos se elijan en primarias, “que permitan a toda las fuerzas políticas y las personas que quieran participar encontrar a las mejores personas” para engrosar las listas electorales. También que “las fuerzas políticas tenemos que reunirnos en una mesa de partidos”, donde se sienten todos los que piensen que Díaz es la mejor candidata del espacio. “No sumemos el ruido a nuestro espacio político”, terminó aconsejando.

Todo ello para ser “capaces de neutralizar esa amenaza” de un Gobierno de PP y Vox, de “la derecha extrema y la extrema derecha”, a las que en la primera parte de su intervención vinculó con la derecha bolsonarista en Brasil, cuyas bases sociales tomaron los edificios de los tres poderes estatales en Brasilia.

Para Garzón, lo que ocurrió fue “una sorpresa que no lo es tanto”, pues fue consecuencia del “incendio que producen determinados discursos”, y permite “identificar de una manera mucho más correcta lo que significa la derecha española”. Así, denunció que, mientras “la respuesta del Partido Popular Europeo fue nítida”, el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, “no se atrevió a hacer lo mismo”, sino que se pronunció “de manera ligera, muy suave”, con “un apoyo genérico al pueblo brasileño y unas nociones muy vagas sobre lo que significa en su opinión el populismo”.

Lo atribuyó a que “la derecha extrema y la extrema derecha tienen conexiones, no sólo políticas y orgánicas sino emocionales y culturales con los fenómenos que están ocurriendo en Brasil, en Estados Unidos y con la extrema derecha europea”. En esa línea, advirtió de que “un asalto así no se construye de la noche a la mañana” sino que “es resultado de un acumulación de odio, rencor, de una ideología radicalizada contra la legitimidad del poder político”, y de que es “algo parecido a lo que está pasando en nuestro país”, con el PP y Vox hablando de “un Gobierno traidor, ilegítimo”, encarnación de la “Antiespaña” y que justificaría las cloacas de Interior o el bloqueo del CGPJ.