En una conferencia pronunciada en el Aula Magna de la Facultad de Derecho de la Universidad de Valencia, que estaba abarrotada de público, Garzón dijo que los sistemas de represión policiales y jurídicos no se han adaptado a las características de la nueva delincuencia vinculada a la droga.

Garzón propuso como alternativa la constitución de un fondo de lucha contra las drogas para la prevención del consumo de estupefacintes y la "represión selectiva" de los narcotraficantes.

Explicó que esa represión selectiva debe tener en cuenta las características de los delincuentes, sobre todo su grado de marginación social.

El magistrado dijo que "no se pueden concretar en España ni el número, ni el nombre de estas organizaciones (las de narcotraficantes)", como ocurre en Italia, en las que operan la Mafia, la Cosa Nostra, La Camorra y la Sacra Corona.

Precisó, no obstante, que la Cosa Nostra ha extendido sus tentácuos por el Levante español y la Costa del Sol. En Barcelona, según Garzón, es más preponderante la mafia marsellesa, mientras que las potentes organizaciones colombianas actúan en todo el territorio español.

En relación al hachís, dijo que su principal procedencia es de Marruecos y de Libano, y que las redes de distribución se concentran en Levante, Cataluña y Madrid.

En el coloquio posterior a la conferencia, Garzón fue interrogado sobre su posición sobre la conveniencia o no de revisar la regulaión de la prisión preventiva, ante la existencia de casos en los que el acusado termina siendo absuelto tras pasar un tiempo en la cárcel, como ocurrió con el supuesto traficante de armas Al Kassar, encusado por el propio Garzón.

El juez se mostró escéptico sobre la posibilidad de una reforma de la prisión preventiva y se interrogó sobre cuál sería la reacción social en el caso de que un preso preventivo puesto en libertad fuera "un violador, un asesino o un terrorista".