Garnacho se ratificó en su convicción de que UGT no preparó seriamente la negociación del pacto. "Yo creo que no había voluntad manifiesta desde el pincipio de llegar a acuerdos. Eso es una verdad como una casa", aseguró.

El dirigente ugetista recordó que el Comité Confederal de UGT celebrado en junio se mostró a favor de la negociación del pacto de progreso "e incluso el secretario general, Nicolás Redondo, al clausurarlo afirmó que iríamos a la negociación sin ningún apriorismo e intentando preparar una buena alternativa".

Sin embargo, a juicio de Garnacho, "esa alternativa no se preparó, porque en la cúpula de UGT no había voluntad de ir a pacto, aunque no prejuzgo que en el transcurso de la negociación, se hubiese llegado a la conclusión de que no era posible el acuerdo".

Garnacho subrayó que la diferencia entre las posisiciones iniciales de los interlocutores no era razón para romper el diálogo, porque esa es una situación a la que los sindicalistas están acostumbrados a enfrentarse en cualquier negociación colectiva.

"Yo tengo bastante experiencia negociadora y siempre, cuando se empieza a hablar, la plataforma que nosotros preentamos tiene poco que ver con la que te presentan los empresarios", recalcó.

En su opinión, ese es "el juego de la negociación", y debe agotarse hasta el límite, antes de ir a otros mecanismos de presión. "Si en la Federación de la Construcción de UGT, cuando nos sentamos a negociar con los empresarios del sector, llegamos diciendo 'esta es mi plataforma y no quiero oir nada de ninguna otra porque mi propuesta es inamovible', así no hay negociación", agregó.

UNIDAD CON CCOO

Por otra parte, Garacho afirmó que él "en teoría" está de acuerdo con la propuesta de unidad orgánica lanzada ayer por el secretario general de CCOO, Antonio Gutiérrez, pero siempre que se realice sobre la base del modelo sindical de UGT.

A su juicio, la experiencia del movimiento obrero muestra que no debe frivolizarse con la idea de la unidad, ya que procesos como los realizados en Francia e Italia tras la segunda Guerra Mundial no dieron resultado "y cuarenta años después están más desunidas que antes".

Recalcó ue el abandono de las tesis marxistas leninistas por parte del Partido Comunista de la Unión Soviética y la adopción de la ideología socialdemócrata debería servir como motivo de reflexión a CCOO, "para evolucionar hacia las posturas que defendemos desde la UGT".

"Si esa evolución es seria, estaremos en condiciones de empezar a hablar de cómo se hace la unificación. Mientras tanto, me parece que son cuestiones que se plantean desde CCOO para esconder los problemas graves que atraviesan en su direccióny en las federaciones, por divisiones internas", concluyó.