El ministro justificó esta iniciativa argumentando que hay numerosos transportes motorizados en el Ejército de Tierra, especialmente todo-terrenos, que requieren una "urgente" renovación a causa de su avanzada edad.

Las cifras que maneja el Ejecutivo revelan que el 62 por ciento de los vehículos militares tiene ás de diez años. Según el ministro, con este plan también se pretende ayudar a la industria militar, que en los últimos años se ha visto afectada por una importante caída de ingresos a causa de la reducción de las Fuerzas Armadas.

García Vargas explicó que la incorporación de nuevos vehículos irá acompañada de la retirada de los transportes viejos que no serán necesarios tras la entrada en funcionamiento del plan de reorganización territorial del Ejército de Tierra, conocido como 'Plan Norte'.

Eltitular de Defensa compareció ante el plenario del Grupo Parlamentario Socialista para explicar el 'Plan Norte' y las grandes líneas presupuestarias de su departamento para el próximo año.

Según el ministro, algunos diputados y senadores socialistas le trasladaron su preocupación por las consecuencias del 'Plan Norte' para sus comunidades autónomas, varias de las cuales van a ver considerablemente disminuida la presencia de las Fuerzas Armadas en su territorio.

"Es cierto que hay preocupación, poque en algunos sitios se ha pasado de una actitud hostil hacia las Fuerzas Armadas a tener preocupación por su desaparición, pero es inevitable su retirada, porque el Ejército de Tierra ha experimentado una reducción notable", señaló García Vargas.

Sobre los presupuestos de su departamento para 1995, informó a los parlamentarios del PSOE que subirán en torno a un 7,6 por ciento respecto a este año, lo que permitirá además de la puesta en marcha del nuevo 'Plan Renove', la ejecución de otros proyectos omo la construcción de un buque anfibio para la Armada, que construirá la empresa Bazán, y el aumento del número de aviones F-1 del Ejército del Aire.

En sus declaraciones posteriores a los periodistas, García Vargas anunció que las gratificaciones previstas a los soldados de reemplazo que se pondrán en marcha a partir de 1995 rondarán los 5.800 millones de pesetas para un periodo de tres años.