"Si yo tuviera la responsabilidada de formar gobierno, haría un gobierno nacionalista, lo que no significa que éste fuera un gobierno sectario y para una parte de la sociedad", afirmó en declaraciones a Radio España.

Garaikoetxea señaló lo difícil que va a ser conciliar posturas entre los diferentes partidos vascos a la horade la formación del nuevo gobierno, debido principalmente "al mapa tan fragmentado y las posturas tan contradictorias que se han planteado durante la pasada campaña electoral de los comicios vascos".

El líder de EA ha salido al paso de quienes han dicho que EA era el perdedor de las elecciones vascas. "A pesar de que muchos se han empeñado en presentarnos como perdedores, Eusko Alkartasuna, no ha sido cuestionada por nadie; en todas las posibles combinaciones de gobierno se da por supuesto que nosotro somos un elemento de concordia", afirmó.

Garaikoetxea se mostró muy crítico con el Partido Socialista del que dijo que "ha hecho cosas extravagantes que ahora está pagando; no es cuestión de mirar al pasado, pero sí de ser coherentes" y se mostró sorprendido de que ayer mismo, el Partido Socialista de Euskadi anunciara una postura diferente a la mantenida durante su campaña electoral, al decir que no iba a exigir al PNV que se distanciara de sus compromisos de Estella.

El dirigente de EA considea que "sería muy saludable la presencia de Euskal Herritarrok en el Gobierno vasco, para la normalización de la vida política".

En este sentido, señaló que "sería partidario de un gobierno PNV, EA con esta formación (EH) siempre que se respetaran unas reglas de juego bien establecidas, con unos límites a esta cooperación, y un respeto a las instituciones, ya que significaría la consolidación de ese mundo en un juego político que todos estamos deseando", dijo, "un juego político normalizado, dentro de squemas pacíficos, lo que desde hace unos meses sueña toda la población vasca".

Garaikoetxea quito hierro a las declaraciones de Otegui (EH) recordando que la tregua de ETA puede no ser irreversible. "Estos sobresaltos, estos vaivenes, ya advertimos que podrían ser posibles, pero no se puede perder la esperanza ni el optimismo". Agregó que "mientras se juegue con las palabras, aunque éstas sean gruesas, las cosas no habrán salido de los cauces que se podría esperar".