Garaikoetxea subrayó que cuando sobre el partido que sustenta al Gobierno "penden los casos más graves que pueden todavía estallar, como el asunto Filesa y el caso GAL, que no es una caso de tráfico dinerario sino de vidas humanas, no ve uno cómo una dimisión, por muy alta que sea", pueda transformar la situación política y crear un clima de "borrón y cuenta nueva".

A su juicio, en un aís con solera democrática sólo la convocatoria de unas nuevas elecciones podría "limpiar el aire", porque es el pueblo quien tiene que decir "a quién le da un voto de confianza a estas alturas".

El máximo responsable de EA recordó que desde los comicios del 6-J se han desencadenado muchos casos de corrupción, que hacen difícil invocar la legitimación surgida de las urnas, porque entonces "las cosas eran muy diferentes".

PACTO PNV-PSOE

Garaikoetxea, que hizo estas reflexiones durante una rueda e prensa para presentar la candidatura de la coalición "Por la Europa de los Pueblos", señaló que resulta inexplicable el apoyo que el PNV está ofreciendo a González, salvo que sea en virtud de un "pacto de discrecciones mutuas".

Tras señalar que en las últimas semanas previas a los estallidos de corrupción los rifirrafes entre el PSOE y PNV eran "especialmente duros" en Euskadi, Garaikoetxea calificó de inexplicable "esta especie de cabriola por la que nuevamente el PNV aparece como un aliado del Goberno, sin que aparentemente obtenga ninguna contrapartida".

"La conclusión que sacamos", añadió, "es que las contrapartidas, al no ser conocidas para el país, son contrapartidas partidistas y son un pacto de asistencia mutua o de discreciones mutuas en lo que concierne a la corrupción".