Finalmente, su propuesta no prospero por la oposición mostrada por numerosos socialistas, fundamentalmente de la corriente Izquerda Socialista (IS).

Según explicaron a Servimedia fuentes socialistas, "todo sucedió en los pasillos", antes del inició del Comité Regional de la FSM, cuando Lissavetzky mostró un documento que criticaba la actuación de Garzón contra un ex alto cargo de ese ministerio.

El escrito mostraba también su extrañeza "por algo que puede ser ilícito, la filtración del sumario, lo que enturbia la posibilidad de aclarar este asunto", y expresaba su apoyo a las fuerzas de seguridad del Estado que luchan cotra el terrorismo, a las que lo hicieron y a las que seguirán combatiéndolo".

Los primeros que se opusieron a que este documento fuese debatido y posteriormente votado fueron los miembros del Comité Regional pertenecientes a IS, quienes alertaron a sus compañeros de esta iniciativa e informaron a los autores de la misma de que si la presentaban, ellos propondrían otro texto alternativo.

La valoración de los dirigentes de IS -quienes defendieron que ante la detención de Sancristobal, "lo esencial s respetar la autonomía judicial y del juez Garzón, que ha hecho en estos temas una labor importante en otros tiempos"- convenció a los autores del documento y este asunto no se debatió en el Comité Regional.

El propio Lissavetzky, quien defendió su propuesta en el Comité Regional "como reflexión personal", reconoció, en declaraciones a Servimedia, la existencia del documento y que "al final se optó por no presentarlo como resolución".

Fuentes socialistas precisaron que, aunque el que presentó eltexto fue Lissavetzky, "se ve detrás la mano de Joaquín Leguina, quien se precia de defender a sus amigos, y Barrionuevo lo es".

Al final, el documento no fue presentado al Comité Regional, no sólo por la oposición de IS, sino también por la de muchos renovadores y la mayoría de los guerristas, que advirtieron que si esa iniciativa era propuesta el órgano dirigente de la FSM se rompería en dos.