En la rueda de prensa posterior a la Junta de Gobierno del Ayuntamiento, y justo antes de asistir al derribo del primer edificio de los antiguos cuarteles de Campamento, que da comienzo a la "Operación Campamento", Gallardón indicó que no ha oido ninguna amenaza por parte de ningún responsable regional acerca de que esta operación y la "Operación Chamartín" puedan verse amenazadas si se paraliza el cierre de la M-50 y la R-1.

Según Gallardón, lo único que ha oido de responsables del Ejecutivo regional es un razonamiento, a su juicio, con mucho sentido, de que todo lo que sea la no realización de infraestructuras afecta a desarrollos urbanísticos.

En cualquier caso, aclaró que la "Operación Chamartín" no puede paralizarse, porque no se ha iniciado; y que, en el caso de la de Campamento, ya están pactadas con el Gobierno central las infraestructuras necesarias.

El alcalde reiteró su apoyo a las obras del cierre de la M-50 y a la construcción de la R-1 y dijo que "si el Estado no las hace, nos parece razonable que lo haga la Comunidad de Madrid".