Gallardón dijo que gracias a estas obras la Cava Baja recupera su atractivo para vecinos y visitantes, ofreciendo un paseo jalonado de restaurantes, comercios tradicionales y locales de ocio.

Además, manifestó que las aceras, que han ganado un 50% de ancho, son una invitación a caminar por una de las zonas más atractivas del centro histórico madrileño.

Según el alcalde, la remodelación de estos 302 metros de calle, en la que dijo que han participado activamente vecinos y comerciantes, va en la línea de la política del Gobierno municipal de recuperar o evitar la degradación del centro de la ciudad y de devolver el protagonismo al peatón.

"Gracias a una ordenación y distribución racional e inteligente del espacio público (en la Cava Baja) hemos eliminado el conflicto entre coche y peatón, dando paso a nuevos criterios de convivencia", aseguró.