Tras indicar que la demolición es inevitable, Gallardón se refirió en la Ser al origen del fuego: "Sabemos que a las 11,21 (de la noche del sábado), que es cuando recibe el aviso el cuerpo de bomberos, no había nadie en la planta 21. Esto lo sabemos. Lo que todavía no sabemos (...) es si hubo personas en los minutos (...) u horas anteriores. Si no se hubiese producido este segundo caso, evidentemente el origen tendría que haber sido puramente fortuito, un cortocircuito o un problema técnico".

"Si hubo personas antes, no podemos descartar la posibilidad de que alguna actitud negligente de alguna de esas personas hubiese originado un proceso que hubiese aflorado después", añadió.

Preguntado sobre si existe riesgo de que el edificio se caiga solo, el alcalde indicó que "no podemos descartar nada hasta que aquellos que son los únicos que tienen el conocimiento técnico y científico para determinarlo, que son los miembros del Departamento de Edificación del Ayuntamiento de Madrid (...), nos digan y nos den esa respuesta".

Respecto a la seguridad de los edificios de Madrid, Ruiz-Gallardón dijo que "las normas, afortunadamente, han cambiado muy mucho desde los años setenta. El tipo de urbanismo que se autorizaba en 1970 en España, e incluso el tipo de edificios, están a años luz del nivel de exigencia que en estos momentos Madrid (...) obliga. Hoy no se autorizaría, desde luego, una técnica constructiva como la del edificio 'Windsor'".