El alcalde afirmó que "el objetivo primordial en el trabajo de demolición fue, desde el primer momento, garantizar la seguridad de los alrededores del edificio" y felicitó a todos los que han hecho posible devolver la normalidad a la zona, algo que se ha conseguido "en el tiempo récord de seis meses", la mitad del previsto.

Durante su intervención, el edil condecoró al Cuerpo de Bomberos del Ayuntamiento, que trabajó durante la extinción del incendio, así como a los efectivos que participaron en los trabajos de demolición de los 21.749 metros cuadrados que constituían el edificio.

Entre estos últimos, el alcalde destacó la intervención del personal especializado del departamento de Control de Edificación del Ayuntamiento de Madrid y a Ortiz, Construcciones y Proyectos, que trabajó en tres turnos diarios, con una media de 60 operarios en cada uno de ellos.

Gallardón anunció también el inicio de "una nueva etapa para revitalizar la zona", para lo que se ha abierto un concurso de ideas y otro de gestión urbanística para convertir el enclave de Azca en un centro de negocios que sea "referente internacional".

Por otra parte, el presidente de la Asociación de Comerciantes afectados por el incendio del Windsor, Víctor Sandoval, declaró que la apertura al tráfico de la mencionada calle es "fundamental para la recuperación de la normalización del comercio de la zona" y agradeció al Ayuntamiento la "rapidez con la que ha actuado en los procesos de demolición".