La demolición del inmueble, que se ha resuelto en "la mitad de tiempo" previsto por el consistorio madrileño, ha dejado tras de sí más de 42.000 toneladas de escombros, que se han "reciclado" para la construcción del anillo verde ciclista en la ciudad olímpica, y 71.000 de residuos.

Gallardón resaltó que, con la reapertura de la calle, "hoy se cierra una herida que se abrió hace más seis meses". El desmontaje se ha producido "sin incidentes" laborales a pesar de la dificultad que acarreaba la labor de deconstrucción del inmueble, debido a la carga de los elementos que están acumulados en la parte superior de la planta 17 del edificio y que acarreaban el riesgo de caer a la vía pública.

Por otra parte, el ayuntamiento tiene previsto "abrir un concurso urbanístico" para reactivar la zona de Azca, afectada por el incendio y el posterior corte de la calle Raimundo Fernández de Villaverde.

En este sentido, la familia Reyzábal estudiará en el próximo mes de septiembre qué inmueble construye sobre las ruinas del edificio siniestrado.

Fuentes cercanas a la familia informaron a Servimedia de que los dueños del Windsor "no se van a poner a trabajar en el tema" hasta después del verano. Será en septiembre cuando tomen la decisión sobre el edificio que se construirá en el solar que ha quedado libre en la zona de Azca las toneladas de escombros.

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