Según las fuentes consultadas por este periódico, el dinero, que le era entregado en mano por el directo general de la Guardia Civil o por el ministro del Interior, debía ser repartido en principio entre los agentes que participaban en las operaciones antiterroristas.

Sin embargo, Galindo se habría quedado con todo el dinero que debía entregar a sus subordinados, pero a cambio les permitió realizar negocios ilegales con algunos contrabandistas del País Vasco.

Al parecer, el ex responsable del cuartel de Intxaurrondo habría podido acumular en estos años un patrimonio superior a los 400 millones de psetas, fruto de las citadas primas y de las medallas pensionadas que ha ido recibiendo durante su carrera.

A Galindo se le atribuye la desarticulación de más de 90 comandos de ETA desde que en el año 1980 llegó al acuartelamiento de San Sebastián. Como consecuencia de estas actuaciones, fueron detenidos más de seiscientos miembros y colaboradores de ETA.

Además, al margen de estas posibles recompensas económicas el Gobierno ha distinguido a Rodríguez Galindo con 26 condecoraciones, muchas de ella pensionadas. Galindo posee una Cruz de Oro de la Orden del Mérito de la Guardia Cívil, que es ostentada unicamente por el Su Majestad el Rey, el Principe de Asturias, el general Aramburu Topete y un general de la Guardia Civil.

ATRACOS DE GUARDIAS CIVILES

Asimismo, las mismas fuentes aseguran que el sargento Enrique Dorado Villalobos cobraba medio millón de pesetas por cada camión de contrabando que dejaba pasar por la frontera. Este dinero se lo repartía Dorado con los miembros de los grupos antitrroristas de Intxaurrondo.

Al parecer, los guardias civiles de la comandancia de la Guardia Civil de San Sebastián levantaban la vigilancia para que los vehículos pasaran sin control alguno con el visto bueno de Galindo.

Además, también según las mismas fuentes consultadas por el "El Mundo", el ahora general permitía a sus hombres perpertrar atracos en diferentes establecimientos públicos de diferentes localidades del País Vasco. De esta forma los agentes de confianza de Galindo habrían logrado icrementar sus patrimonios notablemente en estos años.

En una de estas actuaciones ilegales, cuando robaban una tienda en la localidad guipuzcoana de Irún, fueron detenidos por agentes de la Policía Local de San Sebastián el ex sargento Enrique Dorado Villalobos y el guardia Felipe Bayo.

Por esta detención, ambos agentes fueron condenados por atraco a mano armada. Dorado Villalobos estaba considerado como la mano derecha de Galindo en la lucha antiterroritas.