Murillo aseguró a la Cope que "la puesta en libertad de Vera, junto con la situación de abandono y persecución que sufría algunos de los procesados por parte de sus dirigentes desde el ministerio, sobre todo el señor Planchuelo, ha influido para que empiecen a declarar".

En su opinión, "hasta ahora había una estrategia comprensible por parte de todos, que consistía en no confesarse autor de los hechos, en ocultar las posibles responsabilidades y participaciones. Todo esto parece ser que estaba tapando el hecho central, que es que un gobierno tomó una terrible decisión que un día habrá que explicar".

A su juicio, eneste momento del proceso judicial el auto de la Audiencia Nacional resolviendo el recurso de excarcelación de Vera ha podido ser interpretado por el resto de los implicados como "el anuncio de tremendas y terribles penas" que han decidido a todos a colaborar con la Justicia.

"Ha hecho pensar a todos los acusados que la estrategia de defensa que estaban siguiendo no era la más adecuada y que lo mejor es ir al juez y contar la verdad para acogerse a la 'colaboración de la justicia', para atenuar la pena, aseguró el abogado.

Murillo insistió en que "la gente habla cuando ya no tiene otra solución. Una persona a la que se inculpa de un delito terrible no tiene obligación de declararse culpable, la propia Constitución lo dice. No se puede negar lo evidente; las pruebas, ahora, son abrumadoras y por eso se comparece, para defenderse lo mejor posible y para ejercitar su derecho de la manera más eficaz. Esto es lo que está haciendo mi defendido".