En un entrevista publicada por el diario valenciano "Levante",el magistrado tuvo dificultades para recordar el caso, dado que ocurrió hace diez años y ya ha abandonado su actividad judicial. García Villalba relató que cuando encontraron los restos "lo primero que pensamos era que se trataba de un ajuste de cuentas por algo de mafia".

"Pensamos que eran extranjeros que habían venido a Alicante y los habían matado. En aquella época veíamos en el juzgado cosas raras relacionadas con los extranjeros que venían a Alicante", dijo.

"Recuerdo que aparecieron los curpos y que, como era imposible que desprendieran mal olor porque sólo quedaban las partes óseas, esperamos durante meses a que alguien les reclamara, a que sus familias presentaran denuncia por su desaparición", prosiguió. Pero el magistrado indicó que eso no ocurrió y que antes de que concluyera 1985 ordenó que fueran enterrados.

"Yo sé que firmé la orden de inhumación y que la envié al cementerio. Hoy (por ayer) me he enterado de que los cuerpos aún no habían sido enterrados y la verdad es que no melo explico". El ex juez instructor insistió en que redactó y firmó la citada orden y atribuyó el que no se hubiera cumplido a que "posiblemente se extraviara".

El magistrado recalcó también que "la Guardia Civil realizó una investigación minuciosa", pero que, en vista de que no se encontraba ninguna pista que permitiera determinar las identidades de los fallecidos, "ordené la inhumación y el sobreseimiento de las diligencias".