Ibarra dijo que, de la misma manera que el PSOE se propuso ganar las elecciones de 1993 o el referéndum de la OTAN, y l consiguió, Rodríguez Ibarra aseguró que "si el partido decide que no entran, Vera y Barrionuevo no entran".

El presidente extremeño centró su intervención, en los cursos de verano del PSOE en la Escuela Jaime Vera en Galapagar (Madrid) en las consecuencias de la sentencia del "caso Marey" y en la postura que, a su juicio, debería adoptar el partido.

Afirmó que el PSOE ha pasado por situaciones más complicadas, "y nunca se ha afligido y mucho menos ha ido pidiendo perdón", por lo que pidió a los irigentes socialistas que no se dejen llevar por los consejos que les puedan dar en esa dirección sus adversarios políticos y mediáticos. "Nuestra cara debe tener una sola mejilla", recalcó.

Aunque enmendó la propuesta que hizo en el pasado de incluir en el programa electoral socialista la excarcelación de Barrionuevo y Vera, Ibarra insistió en la necesidad de evitar su ingreso en prisión y de ganar las elecciones generales, "para que esta injusticia sea corregida".

Ibarra empleó gran parte de sualocución en la denuncia de "paradojas" como que Jordi Pujol pidiera prudencia y serenidad tras la sentencia del "caso Marey", después de haber provocado la división de la sociedad catalana cuando un caso de corrupción afectó a CiU, en alusión al "caso Banca Catalana".

De la misma forma, se preguntó qué ocurriría si el juez Baltasar Garzón o el fiscal Ignacio Gordillo hubiesen recibido fondos reservados, o por qué se mete en la cárcel al director de Egin, "aunque bien metido está", mientras que el resonsable de un diario "que sigue rigiendo los destinos de este país" (en alusión a Pedro J. Ramírez, director de "El Mundo") publicó hace años una entrevista con la cúpula de ETA.

Asimismo, Ibarra señaló que la argumentación de la sentencia del "caso Marey", que señala que Barrionuevo y Vera debían saber los hechos delictivos que ocurrían en su ministerio, podría aplicarse al consejero vasco de Interior, Juan María Atutxa, que desconocía que un miembro de la Ertzaintza era el jefe del "comando Madrid" e ETA y el Gobierno de 1981 ignoraba que un alto funcionario planeaba dar un golpe de Estado.

Tras insinuar que Barrionuevo y Vera pueden ser considerados por el PP como "prisioneros para utilizar como moneda de cambio" ante una posible negociación con ETA, recordó que los ciudadanos están legitimados para presentar una querella si el fiscal general del Estado no investiga el informe que vincula al Gobierno de UCD con la "guerra sucia".

Ibarra recalcó que el PSOE debe dejar claro que en España noes posible "hacer nada serio" en temas de Estado sin la participación de los socialistas. Se dirigió a los violentos para asegurar que una eventual debilidad del Gobierno se verá siempre compensada por el apoyo firme del principal partido de la oposición en la lucha antiterrorista.

Finalmente, elogió la propuesta de paz lanzada desde la dirección socialista, a la que definió como un ultimátum a ETA, por ser seria e inteligente, y afirmó que merece el respeto del Gobierno, que debe liderar esa iniciatia.