El magistrado levanta la imputación y las medidas cautelares dictadas contra el general de la Guardia Civil Enrique Rodríguez Galindo, al coronel Juan Alberto Perote, el ex director del Cesid Emilio Alonso Manglano, y a los miembros de la Benemérita Andrés Casinello Pérez, Pedro Gómez Nieto y José María Velázquez Soriano.

Los asesinatos por los que Garzón ha procesado a Bayo y a Dorado son los de Angel Gurmindo Lizarraga, Vicente erurena Tellechea y los hermanos Olazkoaga.

Según la investigación del magistrado, el 8 de febrero de 1984, Felipe Bayo y Enrique Dorado, cumpliendo órdenes superiores se desplazaron hasta Hendaya (Francia) y disparan contra Angel Gurmindo Lizarraga y Vicente Perurena Tellechea.

Una llamada reivindicó ambos asesinatos en nombre de los GAL y explicó que se habían cometido en respuesta al atentado que ETA había cometido en Madrid el 29 de enero de 1984 contra el general Quintana.

Meses más tare, el 18 de noviembre, Dorado y Bayo se dirigieron a Francia para acabar con las vidas de los hermanos Claude y Christian Olazkoaga. El primero fallece a causa de los disparos; sin embargo, el segundo pudo sobrevivir y reconocer a Bayo.

Por estos crimenes, Garzón procesa a Dorado y a Bayo por tres asesinatos terroristas consumados y uno frustrado, así como por un delito de integración en banda armada.

El juez Garzón archiva la investigación referida al asesinato de Ramón Oñaederra, debido a la fata de indicios para imputarlo a persona alguna.