GAL. LA FALTA DE SONIDO EN LA ALA DE PRENSA IMPIDIO DURANTE DOS HORAS Y MEDIA EL TRABAJO DE LOS PERIODISTAS

MADRID
SERVIMEDIA

La sala de prensa habilitada en el Tribunal Supremo para los periodistas que siguen fuera de la sala de vistas el juicio por el secuestro de Segundo Marey se quedó sin sonido minutos después de comenzar la sesión, sobre las 11 de la mañana, con el consiguiente malestar de los informadores que se encontraban en ella, que se quedaron sin poder tomar nota y documentos sonoros de las palabras del expolicía José Amedo, primero en declarar.

Un empleado del servicio técnico del tribunal aseguró a los periodistas agrupados en la sala de prensa que el equipo de sonido funcionó perfectamente durante las pruebas que se habían realizado antes del comienzo del juicio.

Ante la falta de sonido, algunos informadores tomaban notas apresuradas de algún colega que, avisado de los problemas de acústica, bajó para explicar lo que se estaba cociendo en la sala. El malestar era patente y no dejaban de sucedere las expresiones airadas de los periodistas.

Había transcurrido casi una hora cuando todo el sonido que se escuchaba a través de los altavoces era prácticamente ininteligible, por lo que muchos informadores tuvieron que hacer gala de su agudeza auditiva para captar las palabras que en ese momento pronunciaba el ex policía José Amedo incriminando a Julián Sancristóbal y a Rafael Vera en el secuestro de Segundo Marey.

A las 12,45 horas parecía que los problemas de sonido se habían solucionado, cuado se reprodujeron. A la una de la tarde los periodistas se veían obligados a guardar un estricto silencio y, a través de una grabadora de mano, pudieron escuchar y grabar mal que bien el sonido que se filtraba de la sala arropado por un zumbido constante y continuas interferencias.

Los técnicos del Alto Tribunal prometieron hacer todo lo posible para que en la jornada de mañana queden resueltos los problemas de sonido registrados hoy.

Por último, poco antes de las 13,30 horas, los técnicos lograon que a través de los altavoces se pudiera escuchar un sonido que, aun siendo malo, era bastante más aceptable que el soportado durante dos horas y media.

(SERVIMEDIA)
25 Mayo 1998
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