GAL. LAS DEFENSAS DE LOS POLICIAS DICEN QUE EL SECUESTRO DE MAREY FUE LA DETENCION LEGAL DE UN MIEMBRO DE TA

MADRID
SERVIMEDIA

Los defensores de los policías Luis Hens, José Ramón Corujo, Julio Hierro, Francisco Saiz Oceja y el ex jefe de la Brigada de Información de Bilbao, Miguel Planchuelo (procesados en el "caso Marey"), coincidieron hoy en señalar en el Tribunal Supremo que sus defendidos actuaron siempre "cumpliendo órdenes" de sus superiores, que les obligaron a realizar una acción ue siempre creyeron legal, consistente en la detención y custodia de un miembro de ETA: Segundo Marey.

Así lo expusieron hoy en el Supremo los letrados Andrés Plana y José Anibal Alvarez, quienes apelaron a la obediencia debida -denominada en el nuevo Código Penal como error invencible- para intentar explicar la actuación de los policías que custodiaron a Segundo Marey en la cabaña de Colindres (Cantabria), donde permaneció retenido por espacio de 10 días.

José Aníbal Alvarez, defensor de Hierro,Saiz Oceja y Planchuelo, incluso llegó más lejos: acusó a Segundo Marey de "ser un miembro de ETA, más o menos activo, pero es así, por mucho que les duela a las acusaciones".

Aníbal Alvarez desgranó una serie de pruebas que relacionan a Marey con la cooperativa francesa Sokoa e incluso llegó a decir que gracias a algunos datos facilitados por el secuestrado al ex comisario José Amedo, se llegó, en 1986, al desmantelamiento por parte de las autoridades galas de un arsenal de ETA en esa cooperativa.

"Se trataba de una operación a todas luces legal. No es un secuestro, es la detención de un miembro de ETA", insistió el letrado, a la vez que reprochó a Marey haber dudado de la eficacia del funcionamiento en España del Estado de derecho al asegurar que no creía que la Justicia española llegara a juzgar su caso.

DOS PIPIOLOS

Unos minutos antes, Andres Plana, defensor de los policías Luis Hens y José Ramón Corujo había insistido en una versión similar: sus defendidos siempre creyeron que se tratab de una detención legal, y además "estaban convencidos de que era una cuestión de Estado".

Por ello, apelaron a la eximente de la obediencia debida, ya que, según el letrado, "si no hubieran acatado las órdenes que les dieron, sí hubieran incurrido en delito".

Además, calificó a sus dos defendidos como "dos pipiolos" que en aquellas fechas acababan de incorporarse al Cuerpo de Policía. "Mis defendidos no fueron ni siquiera actores secundarios de esta historia, sino meros extras", dijo el abogado. Los dos defensores de los policías insistieron además en la idea de la prescripción de los delitos, según Andrés Plana, incluso en el caso de que hubiera existido condición para la liberación de Segundo Marey.

(SERVIMEDIA)
08 Jul 1998
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