GAL. LAS CONDICIONES DE CONSERVACION DE LOS CADAVERES REDUCEN LAS POSIBILIDADES DE IDENTIFICACION POR ANALSIS DEL ADN

MADRID
SERVIMEDIA

Las condiciones del enterramiento y posterior conservación de los restos de los presuntos etarras, José Antonio Lasa y José Ignacio Zabala, encontrados hace diez años en una fosa natural cubierta de cal en el municipio alicantino de Busot, puede haber reducido mucho las posibilidades de que ambos cuerpos sean identificados con un análisis del ADN, según confirmó a Servimedia el doctor Antonio Alonso del Instituto Nacional de Toxicología, previsiblemente encargdo de hacer el análisis.

Según explicó Alonso, cuando se trata de identificar un resto cadavérico "las muestras más idoneas son restos oseos y piezas dentarias para intentar extraer ADN tanto del hueso como de los restos de pulpa que se encuentran dentro de la estructura".

Dependiendo del tiempo que haya transcurrido desde la defunción y las condiciones del enterramiento se podrá obtener mayor o menor cantidad de ADN humano y por tanto tener más o menos posibilidades de realizar la identificacióncomparando el perfil de los restos con el de los supuestos familiares.

El experto consultado por esta agencia confirmó que "no siempre se puede conseguir ese perfil" porque el éxito depende de la cantidad y la calidad del ADN que se obtenga de los restos.

Los dos años que los cuerpos permanecieron enterrados en cal viva y los diez siguientes que estuvieron en una cámara frigorífica del cementerio municipal de Alicante ha hecho descender el porcentaje de posiblidades de identificar los restos aunqe "es posible que se puedan obtener resultados".

"Nosotros tenemos algún caso de cadáveres más antiguos en los que se han podido realizar los análisis con éxito así que existen posiblidades", aseguró Alonso.

El técnico del Instituto Nacional de Toxicología explicó que incluso el hecho de estar enterrados en cal puede haber "impedido el crecimiento de bacterias lo que sería bueno" aunque al tiempo esta sustancia puede haber "dañado los tejidos oseos y por tanto las células y los nucleos y ya sólo e pude obtener un ADN completamente degradado que impediría el análisis".

En este caso "la mejor muestra pueden ser los restos de pulpa que hayan quedado en los dientes". Todo el proceso de análisis puede prolongarse entre uno y dos meses.

(SERVIMEDIA)
21 Mar 1995
SGR