"Tengo que interpretar que solamente existe una razón (para mantenerse en el poder): que le preocupa más su situación personal. Humanamente puedo entenderlo, peo no debe confundir sus derechos como persona que intenta defenderse, con su deber como gobernante", afirmó.

Como presidente, prosiguió Aznar, González está "obligado" a dar una réplica "verosímil" a los hechos que instruye el juez Baltasar Garzón, que apuntan a una trama de terrorismo de Estado. El no haberlo hecho así -y haber recurrido a la "ambigüedad y el embarullamiento"-, advirtió el presidente del PP, "profundiza aún más la brecha de credibilidad que tiene el Gobierno".

Pero, según Aznar,González no puede dar esa explicación. "No puede explicar los hechos porque tendría que renunciar inmediatamente a la jefatura del Gobierno y no puede ofrecer una salida política porque ha convertido la Presidencia del Gobierno en un baluarte de su seguridad (penal)", detalló.

Por todo ello, José María Aznar calificó a Felipe González como un presidente "bajo sospecha", tras las revelaciones de los ex altos cargos de Interior sobre el 'caso GAL', y le pidió que "dimita por el bien de España".

En u breve primera réplica al jefe del Ejecutivo, Aznar no quiso entrar en el terreno de creer a González, cuando niega su implicación penal, o a Ricardo García Damborenea o Julián Sancristóbal, que la ratifican.

Simplemente consideró como "hechos" el rosario de acusaciones penales que pesan sobre la antigua cúpula del Ministerio de Interior, incluido su titular entre 1983 y 1988, el diputado José Barrionuevo.