Según consta en la sentencia, los magistrados consideran probado que "Gadafi" integraba en 1991 un comando de ETA junto con Javier Martínez Izaguirre, y que ambos decidieron colocar un artefacto explosivo que "sirviese a los fines de la organización" terrorista.

Así, prepararon una bomba con un kilogramo de sustancia cloratada netamente explosiva y con un sistema eléctrico de iniciación con temporizador, y decidieron que se colocaría la noche del 28 de noviembre de 1991 junto al bar Jat, en la localidad de Santurce.

Los terroristas eligieron esta taberna, "ya que parecía que ese lugar era frecuentado por narcotraficantes y drogadictos, lo que constituía uno de los objetivos de la banda por apartar a los jóvenes de sus pretendidas metas independentistas".

La bomba fue colocada, por orden de "Gadafi" y de Martínez Izaguirre, por Francisco Zabala, Francisco Palacios y Aitor Olabarría.

Sin embargo, la bomba no llegó a explotar, porque fue descubierta por unos transeúntes y desactivada por agentes del Cuerpo Nacional de Policía.

Para los magistrados, los hechos descritos son constitutivos de un delito frustrado de terrorismo del que es responsable Juan Carlos Iglesias Chouzas, por lo que le imponen una condena de seis años de cárcel.